ACTO 2 DE ABRIL 2020

La Guerra de Malvinas, que abrió una herida profunda en todos los argentinos y marcó el principio del fin de una etapa. Este enfrentamiento generado dentro de un contexto de decisiones políticas erróneas e irresponsables, nos pone hoy, ya en democracia, ante el ineludible compromiso de una revisión histórica, reflexiva y crítica sobre los acontecimientos que dejaron un triste saldo: más de 600 vidas perdidas y otras tantas destrozadas de jóvenes que pelearon por nuestros derechos.

Hoy, el reclamo sigue vigente. La herida sigue abierta y el recuerdo de aquellos jóvenes soldados que ofrendaron la vida por su Patria nos convoca a buscar la mejor manera de reclamar nuestros derechos y soberanía: a través del diálogo consensuado y sostenido por la convicción de que el único modo de lograrlo es a través de la paz.

Hoy es un día de reflexión, muchas cosas nos unen a Malvinas: el derecho, la geografía, la historia, el pasado… no es un capricho argentino reclamar la soberanía sobre ellas.

Esta es una historia de usurpación y de arrebato. Recordemos como se produjeron los hechos…

La causa Malvinas convoca a pensar la Patria desde un lugar renovado. En primer lugar, en el marco de la perspectiva regional, ya que esta causa constituye un capítulo central de la historia de emancipación americana.

El reclamo por la soberanía en las islas invita a luchar por la autodeterminación de los pueblos sudamericanos a través de los medios acordes con el estado de derecho y establecer que hoy la soberanía está estrechamente vinculada a la defensa de los recursos naturales de la región.

La guerra de Malvinas representa un punto bisagra en la historia argentina. Se trata del único conflicto bélico en el que participó nuestro país durante el siglo XX y se desarrolló en el contexto del terrorismo de Estado implementado por la última dictadura.

En este período, desde la perspectiva económica, la Argentina pasó de un modelo de acumulación de corte productivo a otro netamente especulativo y financiero.

A principios de la década del ¨80 las consecuencias negativas de la apertura económica y la desindustrialización comenzaron a tornarse evidentes y el descreimiento hacia el gobierno de facto se extendió entre distintos sectores sociales. A seis años de la toma del poder, las fuerzas armadas se enfrentaban a un contexto político interno difícil con varios frentes de conflicto: las fuerte interna militar, las denuncias por violaciones a los derechos humanos ante organismos mundiales, la crisis económica, la creciente actividad sindical y la multipartidaria que era una entidad que agrupó a distintos partidos políticos nacionales y provinciales.

El 30 de marzo se produjo una importante movilización opositora convocada por la CGT. Fue una demostración del desacuerdo con la dictadura, que terminó con más de 500.000 detenidos.

Dos días después, el 2 de abril de 1982, la atención pública fue acaparada por una noticia inesperada: una fuerza argentina integrada por 600 efectivos desembarcó en las cercanías de Puerto Argentino y recuperó las islas luego de breves combates.

En principio, el objetivo de la conducción militar argentina era desembarcar en las islas para forzar una negociación con el Reino Unido. La junta no preveía una respuesta militar británica, pero tres días después del desembarco, una fuerza de tareas, la más grande constituida por Gran Bretaña después de la segunda guerra mundial, se dirigió a las islas.

En la guerra murieron 649 soldados argentinos y 250 ingleses. En la actualidad se utiliza la palabra “veteranos” para recordar todos los que fueron a Malvinas y se utiliza el término “caídos” para mencionar a aquellos que no volvieron.

La memoria de la guerra de Malvinas está atravesada por vivencias, silencios, dolores y relatos diversos. La construcción de la memoria está marcada por las transformaciones políticas y sociales.

Reflexionar sobre Malvinas convoca a la construcción de nuestra identidad nacional, una tarea colectiva que supone un despliegue de un conjunto de principios que hacen a una sociedad integrada en el marco del ejercicio de los derechos: la libertad de expresión, el derecho al trabajo, la oportunidad de una vida digna.

La “causa Malvinas” supone, un reclamo a favor de la libertad y de la igualdad entre todas las naciones contra todo resabio colonial que exista en el mundo.

El saldo final de la guerra fue la reocupación de los tres archipiélagos por parte del Reino Unido y la muerte de 649 soldados argentinos.

Nunca dejaremos de reclamar lo que nos pertenece, convencidos desde lo más íntimo de nuestro ser que las islas Malvinas fueron, son y serán argentinas.